Cuando la campaña electoral de “Tuto Presidente” alcanzaba un ritmo ascendente con la adhesión de importantes líderes regionales, el expresidente y líder de la alianza LIBRE, Jorge Tuto Quiroga, fue blanco de cuatro golpes políticos que afectaron su actividad proselitista.
El primero provino del presidente Luis Arce Catacora, quien lo acusó de haber promovido un decreto que liberó a las empresas petroleras que llegaron con la capitalización de Gonzalo Sánchez de Lozada, de la obligación de realizar exploración petrolera. El objetivo de esta acusación era responsabilizar a Quiroga por la baja producción de gas y, en consecuencia, la reducción de las exportaciones y la escasez del dólar en el mercado interno. La estrategia funcionó, ya que Quiroga reaccionó enérgicamente en los medios de comunicación y desafió a Arce a un debate, aunque dicho reto no obtuvo respuesta.
El segundo golpe provino de su propio aliado, Samuel Doria Medina, quien le reprochó recibir una renta vitalicia del Estado desde hace 23 años, de aproximadamente 23.000 bolivianos mensuales. Doria Medina fue más allá al señalar que él mismo financia su campaña con propios recursos y sugirió que Quiroga debería dejar el camino libre para un candidato único de la oposición. La falta de respuesta de Quiroga fue notoria y deslizó algún rasgo de soberbia política.
El tercer revés fue la reactivación de un juicio por calumnias iniciado hace 16 años por el Banco Unión, vinculado al oficialismo. Este proceso tuvo un gran impacto mediático, incluso a nivel internacional, pero expuso la fragilidad de la candidatura de Quiroga, cuya estrategia discursiva parece no haber logrado ampliar su base de apoyo más allá de sus seguidores más leales. Aunque algunos de sus allegados intentaron presentar esto como una muestra de persecución política que podría fortalecer su imagen, la realidad es que el caso ensució su campaña más de lo que la benefició. Decir que busca ser inhabilitado es una falacia porque el propio delito ha prescrito y esto lo saben muy sus abogados.
El cuarto y último golpe llegó de la mano del empresario y estratega político Marcelo Claure, quien difundió encuestas en las que Quiroga descendía de los primeros puestos al quinto lugar con apenas un 9% de preferencia electoral. Esto generó dudas sobre la metodología de dichas encuestas, ya que muchas personas afirman no haber sido consultadas. Sin embargo, el impacto fue claro: desmoralización dentro de su equipo y mayor presión sobre el Bloque Opositor para definir una candidatura única.
Aunque la contienda electoral recién comienza, recuperar el terreno perdido en política es un desafío complejo. Más aún cuando las encuestas de Claure posicionan a tres candidatos por delante de Quiroga, generando incertidumbre sobre la viabilidad de su candidatura dentro de la oposición. Si antes algunas encuestas le daban 27% o algo menos, pero arriba, con esto, parece que la candidatura del expresidente ha comenzado a desinflarse.