Rodrigo Paz Pereira, exalcalde de Tarija (2015-2020) y actual senador, ha transitado por la política sin lograr consolidar una estructura partidaria ni una identidad ideológica clara. Su trayectoria se ha caracterizado por constantes cambios de afiliación y una falta de definición programática, lo que plantea dudas sobre su actual candidatura presidencial y su verdadero peso en el escenario político nacional.
Desde su elección como alcalde en 2015 con la agrupación Unidos para Renovar (Unir), Paz Pereira intentó posicionarse como una figura de centroizquierda progresista, aunque sin una base ideológica sólida. Sin embargo, su distanciamiento con el líder de Unir en 2016 marcó el inicio de un camino errático. En 2018 rechazó una invitación del MAS para sumarse a sus filas y, en un intento de construir su propia plataforma, fundó la agrupación ciudadana Primero la Gente (PG), un proyecto que careció de estructura y definición doctrinaria.
Ante la falta de una alternativa propia, en 2020 se sumó a Comunidad Ciudadana (CC) y fue elegido senador por Tarija. No obstante, su paso por el Legislativo estuvo marcado por conflictos internos, desacuerdos con la bancada y una participación intermitente. Si bien destacó por su oratoria, su impacto en la política nacional fue limitado. Su imagen pública, en cambio, se hizo más visible en espacios sociales como la festividad del Gran Poder en La Paz.
Ahora, de cara a las elecciones presidenciales de 2025, Paz Pereira reaparece con un discurso de oposición al “Estado tranca” y propone redistribuir el gasto público sin reducir su tamaño. Sin una base partidaria clara, su candidatura se presenta más como un experimento pragmático que como un proyecto político sólido. A su alrededor, resurge un grupo de exdirigentes del desaparecido MIR, cuya intención parece más orientada a obtener escaños legislativos que a construir una propuesta de gobierno estructurada.
A seis meses de las elecciones, el desafío para Rodrigo Paz no solo es explicar su propuesta, sino también definir con qué partido competirá y bajo qué principios pretende diferenciarse de otras opciones, de las cuales, en la práctica, no se distingue. No obstante, insiste en presentarse como una alternativa de renovación, una apuesta que parece encaminada al fracaso y más orientada a captar votos ajenos, debilitando a la oposición y, en última instancia, beneficiando al MAS.